• 28 noviembre, 2023
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  • España

¿Quién soy?

Como la mayoría de niños yo siempre quise tener un perro y como la mayoría de la madres, la mía no me dejó. Solo mi hermano mayor, cuando yo era aún muy pequeño, consiguió traer un pequeño perrito llamado Caín. El pobre se meaba por toda la casa y se comía las plantas de la terraza.
Puedo aún recordar, nítidamente, después de más de veinticinco años, el día en que al llegar del colegio mi compañero de juegos no apareció a recibirme ni aparecería jamás. Esa mañana, durante el paseo, salió corriendo detrás de un coche y otro le atropelló por detrás. Después de aquello no se volvió a hablar de perros en casa.
Después de Caín, mi siguiente experiencia con un perro fue años después, cuando unos amigos se fueron de vacaciones y me pidieron que me quedara en su casa cuidando a su mascota. Creo que nunca me he sentido tan desvalido. El animal me tomó completamente la medida y hacía de todo lo imaginable para que le estuviera prestando atención todo el tiempo; me cogía el teléfono y se metía en su caseta, ladraba a horas intempestivas molestando a los vecinos, no hacía sus cosas en la calle sino en mitad del patio… en fin, no sabía qué hacer. Mis amigos me lo pidieron porque sabían de mi afición por los perros pero la verdad es que no lo disfruté nada.

La vida siguió y mi trabajo me hacía viajar constantemente, por eso, aunque siempre deseé tener un animal en casa no lo hice hasta que se dieron las condiciones adecuadas. Siempre he sido un ornitólogo frustrado y por eso mi primera elección fue un loro. Un amazonas de frente amarilla del Panamá. El taxista que nos llevaba a casa a los dos me dio el mejor consejo que nunca nadie me ha dado después, me dijo que lo tratara como a un amigo. Y así lo hice.
Mi situación laboral se había estabilizado definitivamente y era el momento de plantearme tener un perro, pero las experiencias anteriores me hicieron proceder con cautela así que me dediqué a aprender todo lo posible sobre ellos. Antes de nada, realicé un curso de auxiliar de clínica veterinaria donde aprendí su morfología, enfermedades, vacunaciones, nutrición… no solamente quería saber qué hay que hacer sino por qué hay que hacerlo.
Tocamos un poco la educación canina y vino un adiestrador a darnos una clase. Se juntaron en ese momento dos de mis aficiones; los perros y la psicología, así que después de aquello me puse a buscar cursos sobre ese tema.
Contacté con un especialista en educación en positivo que ofertaba un curso bastante personalizado. Yo aún no tenía perro así que trabajé con un Golden Retriever propiedad del profesor, un perro con mucha ansiedad, difícil de mantener concentrado y con una dependencia desmesurada de su dueño. La experiencia fue extraordinaria pero los métodos conductistas de la educación en positivo no me convencieron. Es un método muy útil para enseñar cosas sencillas pero en cuanto entra en el terreno de problemas de comportamiento todo se intenta encajar en unos pocos trastornos y se resuelven con unas pocas técnicas de modificación de conducta. El propio comportamiento del Golden Retriever resultaba difícil de explicar, y por lo tanto de resolver.
La explicación simplista del funcionamiento de la mente de un perro no encajaba con mi experiencia con loros. Los psitácidas son tremendamente inteligentes y tienen un carácter y una personalidad propias. A Panamá le había visto resolver problemas sencillos sin necesidad de probar antes la solución.
Por mi afición hacia la psicología y mis clases de lingüistica en la universidad conocía los experimentos que se habían desarrollado con primates y aves, así que simplemente no me creí lo que me contaban sobre los perros.
Seguí leyendo y buscando hasta que encontré a Javier Ibañez. Su metodología, basada en la aplicación de la psicología clínica humana, daba otra dimensión a la educación y a los trastornos mentales y de conducta de los perros. Por fin alguien me hablaba desde la ciencia y no desde la simple experiencia propia.
Por fin entendí la otra parte de los perros que desconocía, por fin, desde la complejidad del tema, entendía por qué se comportaban como lo hacían. Y tenía sentido. No solo encajaba con lo que yo había visto con Panamá, sino que supe qué tenía que haber hecho con Caín y con el perro de mis amigos.
El trabajo de Javier Ibañez en los últimos año ha sido crear todo el mapa de trastornos clínicos del perro. Con ello nos da las herramientas que se han ido forjando por años de investigaciones científicas de psicólogos de todo el mundo. Pude diagnosticar, con toda claridad, lo que le ocurría al Golden Retriever de mi primer curso.
Durante todo ese tiempo, estuve buscando mi perro ideal. Por una cuestión práctica, miraba razas pequeñas, aunque siempre me han gustado las razas grandes. Al final un día, buscando por internet, vi una foto pequeñita de un perro blanco del que me enamoré al instante. No me fue fácil encontrar un criador de Pastor Blanco Suizo pero al final encontré uno que me convenció. Fuimos a por Lúa un último día de febrero. Cuando volvía a casa, esta vez en mi coche, no me olvidé de que la que iba detrás era mi amiga.
Entablé cierta amistad con el criador y empecé a colaborar en el nacimiento del Club Español de Pastor Blanco Suizo.
Aunque no le dedico mucho tiempo, desde hace unos años acepto algunos casos de educación canina. Todo ello me ha permitido hacerme una idea bastante general de la situación del perro en nuestra sociedad, siendo testigo de la cantidad de animales que sufren y mueren porque sus dueños desconocen por completo cuáles son sus necesidades. Algo que ya había visto con los loros, muchos a dieta exclusiva de pipas, en jaulas sin espacio suficiente, sin nada que hacer y sin una mínima higiene, pero que también se da con perros comiendo las sobras de la comida humana ricas en sal y grasas, solos y abandonados en parcelas o privados de libertad en los paseos por una mala socialización.
Las tiendas de animales tampoco ayudan a mejorar la relación con nuestras mascotas, es más, la venta de animales vivos que el cliente se puede llevar en el acto fomentan la compra por impulso, que normalmente tiene muy mal desenlace. Además, es muy habitual que los dependientes no sean especialistas y prime la venta sobre el asesoramiento. Así pues, no sólo se permite que el cliente se lleve un artículo que tal vez no es el adecuado para él, sino que incluso se venden productos que directamente pueden ser perjudiciales para nuestro amigo animal.
Junto con mi pareja nos embarcamos hace años en una tienda on-line de productos para perros, gatos y loros. Nuestra filosofía de venta ética, primando los artículos de calidad por encima de otros aspectos, a costa de ser más caros, y la crisis económica que seca los créditos bancarios, nos han impedido poder seguir adelante con el proyecto. A pesar de ello, sigo adelante con el blog y con mi página de Facebook (www.facebook.com/perrosyeducacion) dentro de un propósito más grande de mejorar el conocimiento del perro y desterrar algunos de los mitos y malos hábitos que aún persisten. Colaboro habitualmente con el Club de Pastor Blanco Suizo (CEPBS) con artículos en su revista y con un consultorio on-line desde su web. También he escrito artículos para la revista Sportlife y mensualmente en Pelo Pico Pata.
En algún momento abandoné mi pasión por los animales y estuve alejado de ellos buena parte de mi vida. Afortunadamente tuve la ocasión de volver y convertirlos en el centro de mi existencia, junto con mi pareja y mi hijo. Ahora intento enseñarle a él que debe respetar tanto a su perro como a una pequeña hormiga, y que la mejor manera de hacerlo es tratarles como a un amigo.

8 Comments

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  • miguel díaz , 14 noviembre, 2011 @ 10:56 am

    Hola, Patricio y Cía: Lástima que no hayas podido asistir este finde pasado a las Jornadas de Setter Bakio. Por lo menos, lo habrías pasado muy bien.
    Un abrazo: Miguel Díaz

    • perrosyeducacion , 14 noviembre, 2011 @ 4:56 pm

      No sabes la rabia que me dio. Sé que hubiese aprendido mucho, como siempre que me junto con vosotros. Espero que haya más oportunidades.
      Un abrazo fuerte Miguel

  • josune lasa , 9 septiembre, 2012 @ 6:41 pm

    hola chicos,hola Esperanza
    quisiera contaros mis dudas ,a ver si me podeis aconsejar
    mi hija volvió a vivir conmigo con un san bernardo incluído. Vivimos en un apartamento de 60 m2,en San Sebastian, al lado de la playa.Es un perro supertranquilo,y mi hija lo pasea 2 o 3 veces al día, a veces un buen rato, a veces sólo un cuarto de hora.Nunca más de una hora.
    A mí me da mucha pena babas:es un cielo,pero me parece que vive en una jaula de 60 m2, y que necesita tomar más el aire y andar más.No tengo ni idea de animales,pero siento que tiene que moverse más .Mi hija me dice que el perro así está bien, y que me obsesiono.En fin, Esperanza, cuentame lo que te parece, y si tengo razón al menos tendré mas fuerza al darle mi opinion a mi hija.Muchas gracias y un abrazo para tí.Espero que os vaya bien en la nueva etapa.Josune Lasa

    • perrosyeducacion , 11 septiembre, 2012 @ 10:26 am

      Hola Josune. Que alegría oírte (leerte). Como Patricio es la voz experta, dejo que él te conteste:
      Hola Josune. A ver, tener un perro depende más de tiempo que de espacio. Si me dijeras que tienes un chihuahua en una parcela de 7000 m2 pero que pasa todo el día solo, te diría casi con toda probabilidad que ese perro no es feliz. La razón es que el perro lo que quiere es compañía, sobre todo la compañía de sus dueños. Por otro lado, es más fácil tener un perro grande en un piso que uno pequeño. La razón es que la energía que se necesita para mover 30, 40 o 50 kg no es la misma que para mover 5kg, y uno grande como el tuyo estará casi todo el día tumbado cambiando de esquina de vez en cuando mientras que uno pequeño, aunque lo paseases durante tres horas, en casa seguiría siendo un torbellino.
      Por lo que ante tu pregunta de si se puede tener un San Bernardo en un piso de 60m2, aunque parece un ejemplo de caso extremo, la respuesta es sí…pero con condiciones.
      Las condiciones son el paseo. El perro, sea cual sea, debe salir por muchos motivos, pero básicamente por 4:
      1- Ejercicio físico. Un San Bernardo no necesita correr hasta agotarse, seguramente no lo haga, pero sí necesita pasear para fortalecerse y no coger más kilos de los que le convienen.
      2- Ejercicio mental. Un piso, sean de los metros que sean, tiene pocos o ningún aliciente, y el perro es un animal inteligente, por lo que necesita estímulos. El paseo, con los ruidos, los olores, las cosas que ocurren a su alrededor, le proporciona esos estímulos.
      3- Socialización- Este punto está relacionado con el anterior. Cualquier perro necesita relacionarse con otros perros, aunque no jueguen, pero le proporciona estímulos y evita problemas futuros con otros perros derivados de la falta de socialización.
      4- Vínculo- los paseos son momentos extraordinarios para fortalecer los vínculos entre perro y dueño. No son momentos para aprovechar a hablar por telf. mientras nuestro perro pasea cansinamente a nuestro lado, sino que es el momento ideal para jugar, enseñarle cosas…
      Si un día debe salir solo a hacer sus cosas y subir porque se os ha hecho tarde o hace muy mal tiempo, no pasa nada, pero no debe ser la tónica general. Llegar a la media hora o 40 minutos como media en cada salida diaria estaría muy bien. Además, un perro es para disfrutarlo y aprovechar los fines de semana para salir a esos montes maravillosos que tenéis por allí y pasar toda la mañana fuera puede ser muy divertido para él y para vosotros.
      Esta es la teoría, por otro lado, la logística de un perro tan grande es complicada y si no tiene zonas que sean “suyas” donde poder tumbarse y descansar y parece estar en el medio todo el rato, es posible que esté algo incómodo. Ponerle una mantita que sea su lugar, aunque sea debajo de la mesa, pero donde la familia haga la vida, le vendrá bien.
      Esto es lo que yo te puedo decir. Otra cosa es que todos los miembros de la familia quieran convivir con el perro, pero ese es otro tema. Espero haberte ayudado. Un saludo
      Soy Esperanza, de nuevo. Espero que los consejos de Patricio te ayuden en las «negociaciones» con tu hija. Ya nos contarás.
      Espero que todo te vaya muy bien y que solo veas pasar la crisis desde la ventana.
      Besos. Esperanza.

  • Prado Utrilla Duran , 9 noviembre, 2012 @ 6:49 pm

    Hola, aprovecho la ocasión para pedir ayuda, tengo un problema con mi perrita, una yorkshire de once meses que no hace sus necesidades fuera de casa. Cuando aún no tenia todas las vacunas y no podía sacarla a la calle la acostumbré a orinar en un empapador,después intento enseñarla a hacerlo en la calle pero es imposible, pueden pasar horas y no lo hace, además tan sólo la he visto una vez hacerlo en casa, con lo cuál no puedo reprenderla en el momento. tengo una terraza y un patio muy grande en casa y cuando creeo que es la hora de que tenga ganas la dejo ahí, a veces lo consigo, pero de igual forma no veo cuando lo hace para premiarla, paso grandes ratos observandola pero es como si no quisiera que la veamos hacerlo.Todo esto me preocupa mucho, me parece que va ha ser un poco dificil la convivencia, no se como corregirlo ni donde acudir. Espero que me puedas ayudar. Gracias.

    • perrosyeducacion , 11 noviembre, 2012 @ 8:54 pm

      Hola:
      Los perros aprenden a hacer sus necesidades en superficies, no en lugares, por ejemplo, mi perra aprendió a hacer sus cosas en tierra, por lo que nunca se hace pis en las aceras, ni en terrazo, ni baldosas, ni nada por el estilo. Conocí un cachorro al que el criador le tenía en un canil con suelo de hormigón y cuando llegó a la casa del nuevo dueño se meaba en unas baldosas que tenía en una esquina del gran jardín de césped. Tu perrita ha aprendido a hacerlo en el empapador, así que tal vez te pueda ayudar mover el empapador al lugar donde quieras que haga pis y quitarlo de dentro de casa.
      Por otro lado, en realidad debes empezar a enseñarla desde cero, así que te recomiendo que hagas lo que se hace con los cachorros. Limítala el espacio. Los perros no suelen hacer sus necesidades en el lugar donde duermen y comen, salvo que estén malos o no puedan aguantarse más, por lo que si por las noches o cuando no estés en casa la dejas en un pasillo pequeño junto con su camita y su agua, probablemente se aguantará y te asegurarás de que tendrá ganas de hacer sus necesidades en cuanto la dejes salir. Llévala a su empapador de fuera y a ver qué pasa. Si se hace pis en el pasillo, hazlo más pequeño. Salvo que haya algo raro con 11 meses debería poder aguantar toda la noche sin problemas.
      Si sigues teniendo dificultades dime por qué zona vives y te recomiendo a algún especialista.
      Un saludo.

      • Prado Utrilla Duran , 12 noviembre, 2012 @ 10:46 pm

        Hola:
        Agradezco mucho tu respuesta, pero a esto tengo que decirte que he intentado casi todo,cuando salgo a la calle con ella me llevo el empapador, le pongo junto a los árboles, en la tierra, en casa tambien pongo el empapador en la terraza y jardín y no consigo nada. En cuanto a reducir el espacio tambien lo he intentado, su espacio es el cuarto de baño que está junto a un pequeño pasillo de 1m2, el empapador se le pongo solo por la noche al fondo del baño y durante el dia le recojo, pero va al sitio donde debería estar y lo hace, cierro la puerta del baño, con lo cual se encuentra en un espacio reducidísimo y se vaa la puerta del baño a hacerlo.Tambien tengo que decir que hace pis muchas veces al día y además va dejando un rastro de gotitas. No es el primer perro que crio, antes que ella tenía otra yorkhsaire que no se hacia ni pis ni caca dentro de casa aunque nos fueramos de casa mucho tiempo. Vivo en San Pablo de los Montes (Toledo)por si conoces a alguien que esté cerca de aquí para que me ayude con el problema. Espero tu respuesta.
        Un saludo: Prado

        • perrosyeducacion , 18 noviembre, 2012 @ 3:07 pm

          Hola:
          Perdona mi silencio pero he estado con un catarro que me ha dejado fuera de combate unos días. Si no lo has hecho ya, preguntaría al veterinario para descartar problemas físicos. Hay que determinar si hace pis fuera de lo normal y por qué. Eso determinará mucho qué hacer. Estoy buscando alguien por tu zona. Te cuento lo antes posible. Un saludo

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