Admitámoslo: a veces vivir con un perro es difícil en una ciudad. Es difícil (y muy caro) disponer de una vivienda amplia en la que un perro grande se encuentre a gusto, faltan espacios públicos para su esparcimiento, el urbanita tiene generalmente trabajos que le consumen mucho tiempo (y le dejan poco para el cuidado de su compañero) y esto acaba provocando que muchos acaben renunciando a tener a alguien a su lado.
Otra opción, cada vez más popular, es tener un perro que se adapte mejor a la gran ciudad. Y aquí los perros pequeños entran en escena. A diferencia de razas de perros de gran tamaño, la ciudad sí es para estos perros. Incluso hay quien señala que los llamados perros «enanos», llamados también toy, están de moda en las ciudades. Los motivos son evidentes: se les puede llevar a cualquier lugar, no necesitan tanto espacio en casa como un perro grande y pueden acceder sin problema a grandes espacios públicos vedados a los perros grandes.
Particularidades para cuidar un perro pequeño
Afortunadamente, hoy existen establecimientos como la tienda y clínica veterinaria Veterizoniashop, que ofrecen productos y asistencia sanitaria especializada en razas de perros pequeños. Ahora bien, el hecho de que en apariencia sean unos animales de compañía más manejables no implica que no haya que proporcionarles unos cuidados mínimos y una atención particular, debido a sus especiales características. Por ejemplo:
- Generalmente los perros pequeños tienen un carácter fuerte, que conviene pulir con cuidado y constancia. El hecho de ser un perro pequeño no nos debe llevar a descuidar su educación o pasar por alto determinadas actitudes para evitar problemas.
- Son más sensibles, con lo que requieren de una mayor suavidad en la manera en que los eduquemos.
- La alimentación debe ser adecuada a su tamaño. Las necesidades nutricionales de un perro mini son diferentes. En este sentido, conviene repartir la comida diaria en tres comidas al día. El motivo es que son propensos a la hipoglucemia, y racionando su alimentación reducimos el riesgo. Además, su metabolismo es más rápido que el de los perros de razas grandes, por lo que necesitan un aporte energético más frecuente. Además, deberás controlar la cantidad total para evitar problemas de sobrepeso.
- Juguetes adaptados a su tamaño. Este es otro factor muy importante, pues un juguete demasiado grande puede provocarle daños en la boca e incluso el ahogamiento. Ten en cuenta que a los perros pequeños les encanta jugar y son muchas veces más inquietos que un perro más grande. Por eso, si se trata de juguetes con cuerda o cordones, conviene reemplazarlos cuando estén deshilachados o rotos.
- Su tamaño también los expone a sufrir lesiones que en un perro más grande son improbables. Por ejemplo, hay que tener extrema cautela de no pisarlos, porque un pisotón puede suponerles graves daños.
- Cuidado con las temperaturas. Ahora que llega el verano, recuerda que los perros pequeños son más sensibles a las temperaturas extremas. El pelaje del perro actúa como regulador térmico, pero estas razas no toleran muy bien ni demasiado frío ni demasiado calor. Por eso, intenta mantenerlo a la sombra y ofrécele siempre agua durante el verano para evitar que sufra un golpe de calor. En invierno quizá necesite una capa de abrigo extra. Y, por supuesto, adapta su corte de pelo a la temporada.