En primavera, miles de pajarillos preparan sus nidos y sacan adelante a la nueva generación, pero muchas veces ocurren accidentes y algunos se caen. Los vencejos son muy dados a aparecer en el suelo de nuestro patio y aquí os vamos a contar qué hacer si eso ocurre.
Esta ave es una de las grandes deconocidas de nuestra fauna, aunque son facilísimas de ver. Si estás en España y es entre abril y septiembre, saca la cabeza por la ventana y mira al cielo. Esos pájaros que parecen golondrinas pero son totalmente oscuros y hacen cabriolas imposibles en el cielo de toda la Península Ibérica son en realidad, vencejos.
El vencejo común (apus apus) mide unos 17 cm y tiene una envergadura de 45 cm. Sus alas largas y acabadas en punta, junto a su cola ahorquillada, le hacen tremendamente ágil en vuelo, algo que les es muy útil pues toda su vida la hacen en ese medio.

Así es, este pájaro solo se posa para criar y aunque nos parezca imposible come, duerme y copula en el aire. Es insectívoro y consume una cantidad ingente de mosquitos que caza abriendo su gran boca mientras vuela a gran velocidad.
Pero, su maravillosa adaptación al vuelo ha hecho que sus patitas sean tan cortas que no le sirven para darse impulso y sus alas tan largas que golpean el suelo. Por ese motivo no pueden alzar el vuelo desde una superficie plana, sino que se dejan caer desde una zona alta.
En muchas ocasiones, los pollos volantones caen del nido al suelo y por la tanto no pueden echar a volar. Muchos adultos también se golpean y caen, quedándo a merced de las pisadas, los coches o los gatos.
¿QUÉ HACER SI NOS ENCONTRAMOS UN VENCEJO EN EL SUELO?
- Comprobar que de verdad no puede volar. El primer paso es intentar darle algo de impulso para que pueda mover las alas. Solo hay que intentarlo si no se le ve demasiado débil y no muy alto, para que si no vuela no se dé un gran golpe.
- Llevarlo a un centro especializado. La primera opción, siempre, es intentar llevarlo a un centro de recuperación de fauna silvestre. Estos centros están especializados en este tipo de animales y tienen los medios para curarlos, alimentarlos y devolverlos a la naturaleza, que debe ser siempre el objetivo primordial. En Madrid, el centro de referencia es GREFA (Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su hábitat) pero podéis encontrar aquí una lista con los centros del resto de España. Las clínicas veterinarias no suelen ser una referencia, pues no están acostumbradas a tratar con especies silvestres ni tienen la obligación de quedarse con el animal.
Si no podéis llevarlo inmediatamente, los pasos básicos para cuidarlo son los siguientes:
- Meterlo en una caja de cartón. Las jaulas no son buenas porque les estropea mucho su plumaje. Las medidas mínimas que recomienda Grefa son 30x20x25 cms (ancho x largo x alto) y hay que taparlo a medias con la tapa o con una toalla. Mantener el fondo limpio poniendo papel de cocina y cambiándolo con frecuencia para que no se ensucie las plumas.
- Darle de beber agua con azúcar gota a gota en las comisuras del pico para que sea él quien lo lleve dentro y lo trague. No darle ningún líquido con jeringuilla directamente a la boca, pues podría pasar al aparato respiratorio y morir.
- Colocar la caja en una zona tranquila de casa, a ser posible a oscuras y libre de ruidos para que esté tranquilo y a una temperatura agradable. Si es necesario, poner una manta eléctrica debajo, por fuera, que coja la mitad de la caja para que el pájaro pueda regular la temperatura moviéndose por ella.
- Como hemos visto, el vencejo es insectívoro, así que difícilmente se va a comer trozos de pan mojados en leche o fruta picada. Para salir del paso se le puede dar pienso de perro o gato humedecido y, si va a ser para más tiempo, comida para insectivoros o insectos que se pueden comprar en las tiendas de pesca. Aquí hay un articulo muy completo sobre la alimentación de los vencejos.
En un centro como Grefa han llegado a entrar casi 100 vencejos caídos en un día, por lo que no es un caso menor o aislado. Esta maravillosa ave cuyo vuelo me hacia soñar de chaval con la libertad a través de la ventana de mi habitación en las largas tardes de estudio, alivia nuestros veranos de mosquitos y alegran las tardes veraniegas con sus grititos y acrobacias. Bienvenidas de nuevo.
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