• 9 diciembre, 2023
  • Last Update 29 octubre, 2023 1:54 pm
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Arte y animales. Un paseo por el Louvre.

Arte y animales. Un paseo por el Louvre.

Cuando se tienen adicciones se tienen y ya está. Yo tengo varias, algunas más confesables que otras y siempre me acompañan. Se vienen conmigo cuando voy de compras y cuando me hago 1200 kilómetros para visitar París. ¡Oh! París.Debo pedir disculpas porque de chaval estuve antes en el Louvre que en el Prado. Como este está tan a mano, ya se sabe. Pero la primera vez, con 16 años, no tenía la misma adicción que ahora. Ahora, vi un museo diferente.Juro por lo más sagrado, que no lo hacía aposta, pero los ojos se me iban. Cuando decenas de personas de diferentes nacionalidades se arremolinaban alrededor de la Gioconda, yo me paraba extasiado frente a un cuadro de Paul Bril, de la campiña romana, pintado en 1617, 

Paul Bril: Paisaje de la campiña romana con los peregrinos de Emmaus. 1617

 sobre todo en un pequeño animalito que acompaña al ganado y que claramente es un perro de guarda con carlanca, de estatura mediana y de pelo semilargo. Para aquellos estudiosos de los perros de guarda en Europa, este es un ejemplar curioso, pues claramente debía enfrentarse a lobos y/o osos, por la protección del cuello, pero no es excesivamente grande, si nos fiamos de la buena mano del señor Bril.

Después de hacer una foto a mi hijo con la escultura de la Victoria de Samotracia, para mandársela al abuelo, mis ojos se iban irremediablemente a un gran cuadro de Frans Snyders, que estaba casi olvidado encima de las escaleras, y que representaba un mercado de pescado allá por el 1616/1621. 

Frans Snyders: Marchante de pescado en su puesto. 1616/1621

Es un cuadro donde no puedes evitar buscar los detalles, como los ojos de esa pequeña foca que se sabe capturada:

O el siempre astuto gato que aprovecha la oportunidad al lado de la nutria muerta, pescada junto a su alimento:

¡Hay tanto por ver, aunque no lo parezca!, en lo alto de una galería, en un pasillo, las águilas pintadas por Pieter Boel en 1668 y sus estudios de la anatomía de rapaces o de zorros pasan desapercibidas para todo aquel libre de mi, ya por qué no decirlo, obsesión.

Pieter Boel: Dos estudios de un águila real en una roca. 1668 o posterior
Pieter Boel: Estudio de un zorro. 1668 o posterior
Pieter Boel: Estudio de un zorro. 1668 o posterior

Todos sabemos que los franceses se llevaron muchas cosas de Egipto, los pobres intentan recuperar su patrimonio nacional repartido por medio mundo. Si los ojos suelen posarse en las maravillosas representaciones de Horus, los míos, enfermos ya, se posan en pequeñas losas de una pequeña vitrina:

Ostracon de una hiena atacada por tres perros

Me dio un vuelco al corazón al ver los que parece unos perros cazando un lobo, pero la etiqueta pone que atacan a una hiena, ¿seguro?

Ostracon de un acoplamiento de zorros con la inscripción en hierático: «hecho por Ipouy»

Esto es más prosaico: dos zorros haciendo sus cosas. Ambos son pedazos de Ostracon, es decir, pedazos de cerámica en que los escribas del antiguo Egipto practicaban sus dibujos y su escritura, pues el papiro era caro. 
Aunque el famoso Sarcófago de los Esposos, de origen etrusco, me gusta de manera especial, allí, en una esquina, casi en penumbra, una pequeña ánfora etrusca del siglo VI a. C. nos recuerda cuantos años llevan los perros con nosotros:

Ánfora: cara B, hombre joven y perro. Sobre el 520 a.c.

Por todo el museo hay pinturas y esculturas de perros y gatos, también estudios de aves… la naturaleza está ahí, siempre ha estado ahí, y forma parte de nuestra cultura. Solo hay que querer mirar.

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Bloguero y divulgador de temas de naturaleza.

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