¿Alpha es un lobo?, ¿así es como fue domesticado?, ¿se pueden ver lobos en España? 8 preguntas que te surgen al ver la película y que en culturaanimal.es te resolvemos con nuestro habitual rigor científico.
1- ¿Es el lobo de la película de verdad un lobo domesticado?
Esa es la pregunta clave que todos nos hemos hecho. Pues no, el lobo que aparece en la película es un perro llamado Chuck, de raza perro-lobo checoslovaco, una de las razas con un aspecto más parecido a un lobo gris, tal y como reconoce el adiestrador del film, Mark Forbes en una entrevista Los Ángeles Times.
El perro lobo checoslovaco es una raza muy de moda en España precisamente por el interés que ha despertado el lobo en los últimos años. Es más fácil de adiestrar que un lobo, pero es cierto que no estamos hablando de una raza fácil, sino de unos animales con carácter, una potencia física espectacular capaces de escaparse de sitios que parece imposible y la facultad de ponernos al límite si no tenemos experiencia en manejar perros.
Las diferencias morfológicas entre perros y lobos empiezan en el cráneo. Los lobos tienen una muela carnicera muchísimo más grande que la de un perro, además de unos músculos maseteros potentes que le permiten cerrar la mandíbula con fuerza. Ese músculo tan desarrollado genera cambios en las zonas del cráneo donde se asientan y produce que sus ojos estén en una posición más oblicua.
2- ¿Es creíble la historia entre el lobo y el chico?
Los expertos en el comportamiento del lobo, como el biólogo Carlos Sanz, ven difícil que un lobo adulto pueda llegar a tener una relación tan estrecha con un humano, pero hay que matizar algunas cosas.
El lobo es una especie salvaje. Eso quiere decir que podemos « troquelar » , domesticar, a un ejemplar desde cachorro y conseguir que su relación con nosotros sea parecida a la de un perro, pero sus hijos, si los dejamos sin contacto humano continuo, volverán a ser animales salvajes que huyen de nosotros. Los cachorros de un perro, aunque no tengamos con ellos un trato habitual, van a tener una tendencia natural a acercarse y a comunicarse con nosotros.
En un experimento de Adam Miklosig, uno de los mayores especialistas del mundo en inteligencia canina, al poner en una situación que no podían resolver por sí mismos a dos grupos de perros y lobos, criados desde su nacimiento exactamente igual, descubrieron que los perros pedían ayuda a su cuidador, mientras que los lobos, que adoraban a los humanos de igual manera, acababan desistiendo sin volverse en ningún momento hacia ellos. La domesticación de una especie durante decenas de miles de años, produce cambios profundos en su genética, por eso hay que diferenciar entre un animal troquelado y una especie domesticada.
Pero, los lobos son animales sociales y jerárquicos, por lo que en un caso de vida o muerte, donde el alimento solo puede proporcionarlo el humano, tal vez, podría ocurrir que el lobo se plegara a él. La dependencia es un pegamento muy poderoso, y los estudios serios sobre perros reconocen que esta genera mayor vínculo que la simple dominancia.
Lo que parece más difícil es que el lobo, tras recuperar a su manada, volviera con el humano. Sabemos que las manadas son en realidad núcleos familiares, formados básicamente por la pareja alfa y sus hijos de hasta dos años. Al renunciar a ellos, en realidad está renunciando a su familia, lo que, a priori, se antoja difícil. El humano no parece en ese momento la mejor opción para sobrevivir, mientras que sus congéneres sí lo son. Este aspecto del guión, no deja de caer en la visión antropocentrista del humano como rey de la selva.
3- ¿Fue así como se domesticó al lobo?
No lo podemos saber. Lo que sabemos seguro es que en algún momento desde hace 30.000 años, algunos homo sapiens fueron enterrados con lobos/perros o que había algunos en los campamentos humanos. A partir de ahí, solo podemos conjeturar. Las teorías más aceptadas actualmente es que es posible que los ejemplares menos miedosos de las manadas se acercaran a los poblados humanos buscando aprovecharse de los desperdicios y la protección frente a otros depredadores. Después, en algún momento, los humanos se hicieron con cachorros y descubrieron que les podían ser útiles, para cazar y para avisarles si se acercaba algo indeseable a su poblado.
Ahora sabemos, gracias al experimento Belayev, cómo pudo ser el proceso de domesticación. Belayev demostró, con zorros plateados salvajes, que si se crían solo los ejemplares menos miedosos de cada camada, en pocas generaciones se pueden conseguir animales con comportamientos muy parecidos a los de los perros, y que además, con alguna generación más, los zorros empezaban a tener características físicas de forma espontánea, como orejas gachas, manchas de colores, rabo rizado…
El matrimonio Coppinger, unos grandes especialistas en el mundo canino, creen que los conocidos como « perros de pueblo », son el tipo de animal que debía abundar en las tribus antiguas. Perros de talla mediana, sin razas pero con morfologías increíblemente parecidas en zonas increíblemente distantes, resistentes, que pululan entre las casas y salen a pasear o a cazar con el primer vecino con que se cruzan aunque no sea su dueño « oficial ». Todas las demás razas se fueron modelando dependiendo del trabajo que se requería de ellos. Solo a partir del siglo XIX es cuando comienza la fiebre de la pureza de razas, de mano de unas clases acomodadas para las que esta cualidad era importante.
4- ¿Era buena la relación entre lobos y humanos en el paleolítico?
En grupos de cazadores-recolectores, como las tribus americanas, sabemos que el lobo era un animal totémico, es decir, era un animal que servía de enlace con los espíritus, acompañaba a los dioses y daba protección. En sociedades antiguas europeas, como los celtíberos en la Península Ibérica o los pueblos nórdicos, el lobo siempre estaba asociado al acompañamiento de los muertos a la vida eterna y también ejercía de protector. Incluso los romanos tenían algunos rituales como las Lupernarias, que se hacían para pedir buenas cosechas.
Pero lo cierto es que a partir del neolítico, como hace unos 12.0000-10.000 años, cuando el ser humano se convierte en ganadero-agricultor, el lobo se convierte en un competidor que se come el ganado doméstico y al que, por tanto, hay que eliminar. A partir de entonces, el lobo pasa a ser un ser diabólico, sobre todos desde la Edad Media, cuando el cristianismo absorbe parte de la cultura pagana y relega al lobo al mundo de la superstición y lo demoniaco.
5- ¿Cuántos perros se han usado para la película?
Sorprendentemente, el lobo gris protagonista solo ha tenido un « actor », Chuck. Hasta ahora, en todas las películas con perros protagonistas como Lassie o Rex, lo normal es que se usaran diferentes perros de la misma raza según sus especialidades. Por ejemplo, se usaba un ejemplar especialmente expresivo para los primeros planos, otro más atlético para las carreras y los saltos, otro especialmente adiestrado para traer cosas o abrir cajones…
En la época de los efectos digitales, las acciones más complejas se han sustituido por el ordenador y en esta película hay muchas escenas así. Es verdad que se nota, y que se agradecen las escenas con el perro real, pero personalmente no me parece mal. Hay que entender que el adiestramiento no siempre es grato para el perro, así que, si eliminamos todo eso, mejor. Evidentemente, también hay una cuestión económica, pues adiestrar varios perros lleva meses y meses de preparación, además de que dificulta el rodaje. En cine, el tiempo es dinero.
6- ¿Cómo es la situación del lobo gris en Europa?
Muy mala. Desde la época dorada de la película, hace 20.000 años, las cosas han cambiado mucho. El lobo gris europeo ha sido exterminado de toda ella. En Gran Bretaña, Francia, Alemania y los países del norte, fueron perseguidos y eliminados hace más de un siglo. Solo sobrevivieron en algunas zonas del este.
En Francia siguen estando muy perseguidos y se mata a todo aquel que consigue llegar hasta allí, en Gran Bretaña no se le espera y hay una pequeña recuperación en los países del norte como Holanda y Bélgica, no sin mucha polémica y protestas por parte de cazadores y ganaderos.
7- ¿Hay lobo gris en España?
No, en España conseguimos conservar una subespecie endémica de la Península Ibérica, el canis lupus signatus, un poco más pequeño y con una línea en las patas delanteras que le da nombre (signatus).
En los años 70 conseguimos frenar su exterminio gracias a una ley que promovió Félix Rodríguez de la Fuente, pero no está fuera de peligro ni mucho menos. Según el Voluntariado Nacional para el Censo del Lobo Ibérico y Evaluación del Estado de Conservación de sus Hábitats Naturales y el Observatorio de la Sostenibilidad, en un informe sobre la muerte no natural del lobo en España, en el que culturaanimal.es ha colaborado en su diseño y maquetación, entre 500 y 650 lobos mueren cada año en nuestro país envenenados, atropellados o cazados de forma legal e ilegal (ver informe aquí). El lobo ibérico está en una situación crítica, muy perseguido por el sector de los cazadores y de algunos ganaderos, sin una legislación firme que lo proteja. Hay que actuar rápido si queremos que no nos ocurra como en el resto de Europa. (Para saber más aquí)
8-¿Donde ver lobos en España?
Todavía hay zonas en el noroeste del país donde podemos ver lobos salvajes en libertad. Muchas son ya las empresas de observación de fauna que ofrecen viajes con charlas, talleres de rastros y salidas de observación. No hay seguridad de ver lobo, pero precisamente por eso, conseguir observar, con el telescopio terrestre, un ejemplar salvaje, libre, es una experiencia única.

Pero, si no se puede hacer así, hay algunos sitios donde ver lobo ibérico en cautividad. Aquí os pongo algunos sitios:
- Cañada Real (Peralejo-Madrid): https://opennature.com/donde-estamos
- CEA La dehesa (Riopar- Albacete): http://www.cealadehesa.es/contacto.php
- Centro del lobo ibérico (Robledo de Sanabria-León): http://centrodellobo.es/situacion
- El Hosquillo (Las Majadas-Cuenca): http://www.parqueelhosquillo.com/parque/presentacion/
Que todo sirva para salvar a nuestro lobo ibérico.