30 millones de gorriones menos en diez años, esa es la escalofriante cifra solo en nuestro país, pero el descenso es mundial. En Londres, por ejemplo, ha desaparecido entre el 90 y el 95% de estas aves, según datos de SEO/Birdlife.
Por eso hay que ponerse en marcha con urgencia y la Sociedad Española de Ornitología acaba de lanzar el proyecto #AvesDeBarrio que presentó ayer día 19 de marzo en el Palacio de Cristal de Arganzuela, con la presencia de la ministra para la transición ecológica, Teresa Ribera, y la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, junto a parte de su equipo, como Inés Sabanés, responsable de medio ambiente y movilidad del Ayuntamiento.
#AvesDeBarrio pretende ser una llamada de atención a los ciudadanos sobre dos conceptos que me gustan especialmente, como son la biodiversidad cotidiana y la naturaleza cercana, pues no solo son los gorriones quienes comparten con nosotros la ciudad, sino que hay petirrojos, jilgueros, colirojos, lavanderas… y muchísimas más que pasan completamente desapercibidas porque, cuando vemos un pajarito pequeño, irremediablemente pensamos que es un gorrión.
Y es que, incluso etimológicamente, nuestra palabra pájaro viene del nombre del gorrión, que en latín es passer. No es raro, pues, tras convivir con nosotros desde el neolítico, que si preguntáramos a cualquiera que nos definiera un pajarito, este nos describiría a un gorrión.
Pero, ¿por qué están desapareciendo estas aves? A pesar de lo que se puede oír por ahí, las causas no están claras o, al menos, no se puede explicar con un solo motivo, pues son varios los que pueden estar afectando para que ocurra una disminución de la población tan radical:
- Reducción de lugares de nidificación. Los nuevos edificios o las mejoras en las técnicas de rehabilitación, han hecho que muchos huecos donde antes hacían sus nidos ya no estén disponibles, lo que dificulta que nuevas parejas, aunque estén listas para criar, no lo hagan por falta de un lugar adecuado.
- Poca disponibilidad de insectos durante la época de cría. Según algunos estudios, la falta de proteína animal durante la cría de los polluelos hace que estos crezcan más débiles e incluso mantengan esa debilidad durante su vida adulta. La falta de insectos, sustituida en muchas ocasiones por migas de pan, pobres en proteínas, se debe al excesivo pavimentado de las ciudades y sobre todo al uso masivo de fitosanitarios para eliminarlos.
- Demasiada comida basura. Experimentos en Bélgica, Suecia y España han concluido que la comida humana que les damos o que toman por sí mismos de las terrazas y los bares, afectan negativamente a su salud, sobre todo, una vez más, en época de cría, pues la falta de calcio o aminoácidos esenciales no les permite desarrollarse de forma saludable.
- La contaminación del aire. Aunque la falta de calidad del aire nos afecta a todos los habitantes de las ciudades, experimentos suecos y holandeses parecen concluir que hay una relación directa entre la contaminación y la reducción de los radicales libres en las aves urbanas, lo que provoca un envejecimiento prematuro. En España, estudios realizados en gorriones parecen demostrar estas teorías.
- La contaminación acústica y lumínica. El exceso de iluminación por las noches y el ruido producido en las ciudades son grandes generadores de estrés en las aves urbanas, pues modifican sus ciclos de vida y les obligan a esforzarse mucho más para ser escuchados por sus congéneres. El estrés continuado está estrechamente relacionado con problemas hormonales y del sistema inmunitario.
Es muy probable que, en todas las ciudades donde están desapareciendo, se den algunas, o todas, de estas causas, lo que nos obliga a seguir investigando pero también a empezar a plantear soluciones a corto plazo.
El proyecto de SEO/Birdlife propone dar a conocer esta situación a la población y solicitar a las autoridades, por ejemplo, un aumento de zonas verdes, una disminución del uso de fitosanitarios y normativas que obliguen a realizar rehabilitaciones «ecológicas» en los edificios, respetando y manteniendo huecos donde las aves urbanas puedan hacer sus nidos. Por eso, porque la implicación de la Administración nacional y local es indispensable, la actual ministra para la transición ecológica y la alcaldesa de Madrid fueron invitadas a la presentación.

Aunque no es especialista en la materia, Manuela Carmena nos dejó, como siempre, una visión cálida sobre las cosas, pues, siguiendo la máxima ecologista de que no se valora lo que no se conoce, sugiere que «en todas las casas debería haber un libro de pájaros». Para poder disfrutar de ellas, el Ayuntamiento está creando y mejorando observatorios urbanos de aves y mantiene una estrecha colaboración con SEO/Birdlife. Además, Carmena reconoce como un gran éxito la naturalización del río Manzanares, que ha provocado una explosión de biodiversidad.
Por su parte, la ministra Teresa Ribera recordó que «hace años ni se podía cuestionar el derecho a llevar un todoterreno por dónde se quisiera». Es evidente que los ciudadanos somos más conscientes de que debemos «humanizar las ciudades».
Para finalizar, Carmena quiso recordar la figura de Ildefons Cerdà i Sunyer, arquitecto catalán del s. XIX, responsable del ensanche de Barcelona y autor del libro Teoría general de la urbanización. Liberal y poco comprendido en su época, Cerdá defendía el equilibrio entre los valores urbanos y las ventajas rurales. De este modo comenzaba su libro: «Ruralizad aquello que es urbano, urbanizad aquello que es rural»
Aquí os dejo el vídeo presentación del proyecto: