• 6 diciembre, 2023
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El pienso contraataca: que no te asusten con la dieta BARF

El pienso contraataca: que no te asusten con la dieta BARF

1.000 millones de euros produjo el negocio de las mascotas en España en el 2015, según datos de la Asociación Española de la Industria y el Comercio del Sector del Animal de Compañía (AEDPAC). El 70% por ciento del gasto en mascotas es para la comida de perros y gatos, situando el gasto medio mensual en 130€ para perros y 91€ para gatos.

La industria de la alimentación para mascotas es, por tanto, un gran negocio que no ha dejado de crecer ni en tiempos de crisis. 620 millones de euros facturó la industria de alimentación para perros y gatos en el 2010, según datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales (Anfaac).

De hecho, empresas como la francesa Royal Canin, tienen presencia en medio mundo a través de sus 12 fábricas repartidas desde China a Sudáfrica, por lo que es un lobby poderoso que ha impuesto su verdad durante décadas, pareciendo que los piensos han estado ahí desde siempre, y no es verdad.

El pienso como alimento para animales es un invento de los años 30 del siglo XX, cuando se empezó a comercializar un alimento seco, compuesto por subproductos animales y vegetales, es decir, convertía en beneficios lo que antes iba directamente a la basura. Antes de eso, y durante todo este tiempo también, la alimentación de perros y gatos eran restos de carne y huesos.

Imagen de H. Hach en Pixabay 

El marketing de la industria de alimentación animal hizo su trabajo y muchas de sus consignas calaron en el público general. Cosas como:

  • El pienso está balanceado y equilibrado y no debes darle nada más a tu mascota. Cualquier cosa que añadas, desequilibras su dieta.
  • Si un pienso te funciona, no lo cambies. El perro puede estar comiendo el mismo pienso toda su vida y el cambio puede sentarle mal.
  • No hay que darle huesos a los perros. Pueden astillarse y perforarles la garganta o el estómago. Son mejores los snacks o la piel seca en forma de hueso.
  • La carne o la comida casera es mala para tu mascota, pues no está equilibrada ni tiene todos los nutrientes.

Y su hegemonía siguió hasta que hace unos años, en algunos países como Alemania o Gran Bretaña, empezaron a aparecer lo que se llamó dieta BARF o ACBA en sus siglas en castellano (Alimentación Cruda Biológicamente Apropiada).

En realidad, la dietas BARF no son ninguna revolución, sino una vuelta a la alimentación que siempre tuvieron los perros y gatos. La auténtica revolución fue el pienso; unas bolitas secas, con una caducidad lejana, fáciles de transportar y almacenar a cualquier temperatura y que para servirla solo necesitas un cazo. Durante décadas, cuando casi nadie miraba los ingredientes ni era obligatorio especificar la composición, los piensos estaban llenos de productos baratos como cereales, pulpa de remolacha, subproductos animales y vegetales, grasas…

Cuando el humano se ha empezado a preocupar de mirar la composición de los alimentos preparados que toma, también ha empezado a mirar lo que come su mascota. Los ingredientes de los piensos, incluso de algunos premium, arrojan resultados sorprendentes, y ahora nos damos cuenta y nos lo cuestionamos. Para aprender a leer los ingredientes de los piensos ver aquí.

Ingredientes de un pienso actual de supermercado

Tras el aumento de las dietas BARF, es normal que la industria de los piensos contraataque. Un artículo en el diario El Español ha llamado la atención de Culturaanimal y no queremos dejar de comentarlo, pues cae en imprecisiones y errores graves.

Ésta es la última locura en comida para perros y es un peligro para la salud humana

Titular del artículo de El Español

Empezamos por el titular. Pasando por alto que los pronombres demostrativos ya no se acentúan, es claramente tendencioso y alarmante, usando una técnica muy básica de clickbait para llamar la atención.

Después, la primera parte del artículo nos habla de las «súperbacterias» (con otro error de ortografía evidente, pues según la RAE el prefijo super-, en ese caso concreto, no lleva tilde). Estas bacterias son capaces de producir unas enzimas llamadas betalactamasas de espectro extendido (BLEE), que bloquean a algunos antibióticos de amplio espectro. Es cierto que un problema que preocupa a la comunidad sanitaria mundial es la resistencia de las bacterias a los antibióticos, producido por un uso indiscriminado de estos. España tiene un Plan Nacional Frente a la Resistencia a los Antibióticos que pone especial hincapié en dos aspectos: el uso comedido de los antibióticos, tanto en la sanidad humana como de los animales de granja, donde es muy normal inyectarles antibióticos en grandes cantidades solo por prevención; y la investigación de nuevos antibióticos que sean más precisos. Pero sobre nuestros perros, ¿qué relación tiene eso con la dieta BARF? pues:

[…] los investigadores de la Facultad Vetsuisse analizaron la microbiota -la comunidad de bacterias que vive en el tracto gastrointestinal- de perros y gatos domésticos. Entre ellas, encontraron varias capaces de producir las enzimas perniciosas

«Nos preocupó encontrar tan a menudo estos gérmenes en gatos y perros», confiesa Stephan. «Eso nos llevo a sospechar de la alimentación con carne cruda como vehículo de transmisión».

Muchas de esas bacterias, como el E. coli, que también nombran en el artículo, son habitantes habituales de la flora intestinal, porque sí, el E. coli aparece en la flora habitual de humanos y perros, pues favorece la absorción de algunas vitaminas, como la K. Hay varios tipos de E. coli y no todos ni en todos los casos son patológicos.

Todo lo dicho hasta ahora es verdad; cualquier manipulación de alimento crudo sin las precauciones adecuadas puede producir que proliferen bacterias. También pasa con la carne que comemos los humanos (ver caso reciente de la carne mechada). Solo hay que darse una vuelta por cualquier fiesta popular para ver el riesgo que todos corremos, y no por eso nos lanzamos a comer todo envasado y ultraprocesado.

Asociar dieta BARF, así en general, con el problema de la resistencia a los antibióticos y el E. coli, es un ejercicio de ciencia comparada digna de un libro de Dan Brown. Pero aún hay más:

La filosofía (de la dieta BARF) es la misma que inspira a algunas dietas humanas como la ‘paleo‘: reivindicar alimentos más «naturales» y «primitivos» frente a los procesados.

Pero al igual que la ‘paleo’, sus presuntos beneficios y su rigor histórico no están científicamente respaldados. La dieta BARF se basa en un 60-80% de huesos y carne cruda para el can, complementada con otros productos crudos como el huevo, la fruta y los vegetales.

El enlace que pretende justificar que los beneficios de la dieta BARF no tienen rigor histórico ni científico, es un artículo sobre un estudio de la dieta paleo en Australia. Comparar la dieta BARF y la paleo es un error de bulto. El sistema digestivo omnívoro del ser humano y el sistema digestivo carnívoro del perro no son comparables. Tampoco es comparable volver a una dieta que podemos suponer cómo era, pero que en todo caso abandonamos hace decenas de miles de años, con una dieta canina que conocemos de sobra y que aún hoy practican muchos perros en muchas partes del mundo.

El argumento más habitual es que «los perros llevan cientos de miles de años comiendo comida sin cocinar». Eso puede ser cierto para el lobo, el chacal, el coyote o el dingo, pero no para los cánidos domésticos que han evolucionado al costado del hombre alimentándose de las sobras de sus hogueras.

Como hemos dicho antes, el pienso es un invento de apenas 100 años y el aumento del perro mascota en las ciudades es incluso más moderno. Los perros de pueblo, que andaban y andan libres por muchas regiones del mundo, toman las sobras que les dan los dueños y luego comen lo que cazan por ahí. De hecho, en el 2019, muchos de los ataques al ganado en España que se adjudican a los lobos son en realidad de perros asilvestrados o perdidos de las realas de las monterías. En Gran Bretaña, donde hace siglos que exterminaron a los lobos, siguen teniendo el mismo porcentaje de ataques al ganado que en los países donde sí hay alguna variedad de canis lupus. El perro, en muchas partes del mundo, se sigue alimentando de caza. Por cierto, el enlace de ese párrafo lleva a un artículo sobre los perros potencialmente peligrosos. No debe haber el El Español ningún artículo sobre la evolución del perro al costado del hombre.

En resumen, un artículo hecho deprisa, seguramente patrocinado, aunque no lo ponga, y debería hacerlo, con un autor que firma P. F. y que es claramente tendencioso y parcial. La posibilidad de contagio por alguna bacteria será en todo caso un problema de la manipulación de los alimentos y no de la dieta en sí. Con unas nociones de higiene básicas las posibilidades se reducen mucho y los beneficios para el perro son evidentes.

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Bloguero y divulgador de temas de naturaleza.

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