A veces pasamos por el mismo sitio todos los días, pero no miramos por dónde vamos. Con las piernas en modo piloto automático y la mente navegando a través del smartphone, pasamos por la vida sin mirar. Hoy en día, nuestro pequeño aparatito al que ya no podemos llamar teléfono móvil porque el concepto se nos queda corto, es el recurso para todo ese momento en que no debemos estar concentrados.
Es curioso, pero nuestra mano va como un resorte al dispositivo móvil al menor impasse de la vida. Es como si nuestro cerebro necesitase siempre estar ocupado en algo, aunque sea ver videos de Australia en Facebook, leer lo que antes eran chistes y ahora son tweet graciosos o ver si ha habido alguna noticia nueva en los últimos 10 minutos.
Solo el día en que debido a un gran despiste, sin duda, nos dejamos el móvil, la tablet y el iPod en casa, nuestra cabeza se levanta y nos damos cuenta, por ejemplo, de que ya están aquí los aviones,

¡Qué curioso!, incluso se le ocurren a uno ideas locas como no coger el autobús o ir por el camino más largo a través del parque,

Si nos paramos a mirar las flores,

veremos que en realidad es como un gran supermercado,

Cuando vemos esas maravillosas fotos de las revistas de naturaleza, pensamos que es necesario un gran equipo y viajar hasta un lugar exótico como África, Canadá o Nueva Zelanda, pero no es necesario. Estas fotos están hechas con una Nikon D3200 y a lo largo de una pequeña zona del Madrid Río. Pero ya puestos, entré por la puerta del Puente del Rey a la casa de campo hasta el lago

La Casa de Campo de Madrid es uno de los parques urbanos más espectaculares del mundo. En él conviven infinidad de conejos, rapaces, zorros y desde luego aves, algunas difíciles de captar en vuelo

su zona blanca y su cola ahorquillada pero sin las dos largas plumas de las golondrinas, la distingue como un avión común, y no hay que confundirlos con los vencejos, que son completamente oscuros.

Una tortuga, sin duda de las mascotas abandonadas por humanos que no entienden nada de ecología ni de equilibrio, sacó la cabeza para decirme adiós, no sin antes volver la vista atrás un último segundo,

Por el camino de vuelta, acompañado por el sol que se ocultaba detrás de los árboles

No podía dejar de admirar las imágenes que tantas veces dejamos de ver por estar demasiado ocupados. Creo que a mi perro también le gustaba

Creo que me voy a dejar el móvil más a menudo. Como para casi todo ya, Los simpson tienen una escena que no me he podido resistir a poner, aunque encontrarla me ha costado horrores
Feliz día a todos
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