Desde el 4 de febrero del 2021, el lobo ibérico está un poco más protegido en España. La Comisión Estatal de Patrimonio Natural y Biodiversidad ha votado por un estrecho margen a favor de incluir al lobo en el Listado de Especies de Protección Especial. El siguiente paso lógico después de la ya famosa Ley de Caza del 4 de abril de 1970, que eliminó el estatus de alimaña, no solo a los lobos, sino también a los linces y a los osos, que hasta ese momento podían eliminarse en cualquier época del año y de cualquier modo.
Pero, ¿qué significa la inclusión del lobo en el Listado de Especies de Protección Especial?
El lobo es un animal considerado como de interés comunitario por la Unión Europea en su Directiva 92/43/CEE (Directiva Hábitats), pero en España, la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y la Biodiversidad mantuvo dos niveles de protección: al sur del río Duero está en el anexo V, estando estrictamente protegido, y al norte del río Duero está dentro del anexo VI («especies animales y vegetales de interés comunitario, cuya recogida en la naturaleza y cuya explotación pueden ser objeto de medidas de gestión»), es decir, la gestión se refiere a cazar lobos de forma legal si las administraciones locales consideran que hay muchos o están causando muchos daños al ganado.
Los censos inflados y las campañas mediáticas intentando hacer calar en la población la idea de ataques continuos (ver Otro año matando lobos) van en la linea de justificar la caza legal de ejemplares, a pesar de que los científicos advierten de que desestructurar a la manada consigue el efecto contrario, al impedir que puedan cazar herbívoros salvajes y no les quede más remedio que volver su mirada contra el ganado doméstico.

Su inclusión en la lista de protección especial implica que no se podrá cazar de forma legal, ya no se podrá usar le «extracción» de ejemplares como método para gestionar a la especie. Hay que tener en cuenta que la obligación de crear planes para la conservación del lobo ya existía antes, aunque muy pocas comunidades las hayan puesto en marcha.
La diferencia con nuestro país vecino, con quien compartimos la Península Ibérica, Portugal, y con quien compartimos también lobos de zonas limítrofes, es abismal. En Portugal, los lobos son considerados especie en peligro de extinción, hasta que pasan la frontera donde podían ser, hasta ahora, tiroteados legalmente. Ahora seguramente también los tiroteen, pero ya no será legal.
¿Por qué se debe proteger al lobo?
El lobo ibérico es el único gran depredador del continente europeo. Como especie apical, en lo alto de la pirámide alimenticia, es un controlador de herbívoros y también de pequeños depredadores como el zorro, equilibrando el ecosistema y librándolo de enfermedades.
A pesar de las campañas mediáticas de cazadores y ganaderos, no ha habido un aumento significativo de la población ni se ha extendido mucho más de donde estaba. Es cierto que, debido a la despoblación, en los últimos años han aparecido en zonas donde hacía décadas que había sido exterminado, pero también es cierto que se han extinguido de otras, como de Sierra Morena. Durante el siglo XX, hasta los años 80, la población de lobos se fue reduciendo hasta el noroeste del país. Un cuello de botella genético que pone en grave riesgo a la especie. Un hábitat muy deteriorado, escasez de piezas salvajes en muchos de sus territorios, muertes no naturales por atropello, caza furtiva, venenos (unos 500-650 lobos muertos en el 2017. Ver informe aquí) y las dificultades de expansión, pueden ser el final del lobo en poco tiempo si no se pone remedio.

Cualquier lobo que intente pasar por Salamanca, el Pais Vasco, Aragón… es sistemáticamente eliminado, impidiendo su expansión por zonas donde podría tener un hábitat perfecto, como Extremadura, donde además aliviaría los graves problemas que sufren allí los ganaderos por las enfermedades como la tuberculosis o la brucelosis que los herbívoros salvajes contagian al ganado doméstico. También impide su expansión hacia el este, hacia los Pirineos, donde podría entrar en contacto con lobos italianos y reforzarse genéticamente.
¿Ya está protegido el lobo?
No. La inclusión en Listado de Especies de Protección Especial es un paso importantísimo, pero queda mucho por hacer y por vigilar. El Ministerio de Transición Ecológica ha mantenido la opción de realizar controles poblacionales allá donde se certifiquen daños. Eso deja una puerta abierta a que todo siga igual, salvo que los requisitos para realizar esos controles sean demasiado estrictos. No hay que olvidar que las muertes de lobos al sur del Duero, donde ya estaba estrictamente protegido, no son meras excepciones, sino algo frecuente.
Legalmente permitirá más herramientas a la hora de denunciar los abusos de la administración por parte de las asociaciones y colaboradores que llevamos años luchando por que el lobo no desaparezca, pero el odio, los intereses económicos y la ignorancia seguirán luchando contra el lobo. También habrá que estar atentos para no dar marcha atrás cuando el Gobierno de España cambie de color político, cuando gobierne el Partido Popular o VOX, con ideas claramente contrarias a la conservación de la naturaleza en general y del lobo en particular.
El lobo ibérico solo estará protegido cuando cambiemos el foco de atención. La discusión no debe estar en si lobo sí o lobo no. Debemos darnos cuenta, tras la pandemia del coronavirus, que mantener unos ecosistemas sanos es fundamental. El lobo debe estar. Y entonces vamos a resolver los problemas que ello conlleva, especialmente con la protección del ganado doméstico. El movimiento conservacionista del lobo nunca ha olvidado al ganadero, y muchas son las iniciativas que se han puesto en marcha para que la coexistencia sea posible (ver La convivencia entre lobos y ganadería es posible, con la ayuda de todos).
Cuando las asociaciones agroganaderas dejen de centrarse en el lobo, podrán luchar por los verdaderos problemas de sus afiliados: precios por debajo del coste, burocracia asfixiante, importación de carne de mercados extranjeros, aumento del precio de los piensos, condiciones laborales, renovación generacional… los verdaderos causantes de la desaparición de la ganadería extensiva en toda España, allá también donde el lobo, hace demasiado tiempo, fue exterminado.